28 junio 2006

LAST EXILE

Esta es la serie anime producida por la compañia japonesa Gonzo Digimation que estoy viendo ahora con una ambientación al estilo del siglo 19, pero con naves voladoras en vez de barcos.
No entiendo mucho de animación por ordenador, solo se que el argumento está muy bien y los gráficos parecen buenos (por lo menos a mi me lo parecen).

La serie nos cuenta la historia de Claus y Lavi, que son una pareja de jóvenes huérfanos que viven juntos y que trabajan entregando mensajes en su Vanship (es una nave voladora). En el mundo en que viven hay una guerra entre dos naciones, sin embargo, esta guerra está monitoreada y manipulada por un grupo de semidioses llamado “The Guild”. Ellos deciden las condiciones de las batallas y son quienes mantienen en vuelo a las grandes naves de guerra.
Un día Claus y Lavi tienen que llevar un mensaje a una nave llamada Silvana, la cual es una nave mercenaria que nadie puede vencer y que es capaz de volar sin autorización y ahí empieza la acción.
En realidad todo esto pasa en los dos primeros capítulos (son 26) así que no os he contado mucho pero merece la pena verla, os la recomiendo, espero que os guste si os animais a verla.

Toooooma parrafada¡¡¡¡¡

Chiste malo

El alcalde de un pueblo perdido, recibe un telegrama urgente que dice:

"Movimiento telúrico trépidatorio detectado en su zona. Localizar epicentro e informar de alteraciones con la flora y la fauna."

Varias semanas después llega la respuesta del alcalde:

"Epicentro fue localizado y arrestado, está confeso y preso; esperamos órdenes superiores. Telúrico quedó muerto en el lugar de los hechos,Trépidatorio y la banda de los telúricos y otros 15 cabrones se dieron a la fuga, pero los seguimos de cerca a punta de balazos. A la Flora y a la Fauna las corrimos del pueblo por putas. No habíamos podido informar antes porque hubo un temblor de cojones."

27 junio 2006

Hot Hot Hot

No hace calor, no hace calor.
El calor es psicológico.
No hace calor, no hace calor
No hace calor, no hace calor
No hace calor, no hace calor


Y solo estamos en junioooooooooooooo.
Que calor que hace¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

26 junio 2006

PROYECTOS

Se que tengo el blog un poco abandonado, pero es que hay momentos en que la vida se te llena de proyectos y en este momento en mi vida se han presentado varios proyectos que he puesto en marcha, uno de ellos muy muy importante y que requiere casi toda mi atención.
Os contaría gustosa de que van, pero a pesar de que no soy extremadamente supersticiosa (algo si) si es cierto que hasta que no empiecen a funcionar y esten encarrilados no voy a contar nada de ellos. Eso sí en cuanto estén en marcha y seguros os iré poniendo al corriente.
Os prometo que intentaré seguir escribiendo aunque sea de vez en cuando, tengo la intención de que este blog sirva para superar su propio título.
Un besote a todos y gracias a los que me estais apoyando en los diferentes proyectos.

10 junio 2006

Subí corriendo las escaleras y abrí la puerta de casa. Solté las cosas en el suelo de cualquier manera y me dirigí al cuarto de baño que teníamos en la planta baja de la casa.

Abrí la puerta y me lo encontré de frente. Un niño pálido que me miraba con unos ojos negros que reflejaban una profunda tristeza, una desolación casi indescriptible.

No me había dado tiempo a encender la luz, y aún no sé cómo, a la vez que gritaba fui capaz de atinar con el interruptor para encenderla. Fue casi peor, la luz blanquecina potenciaba más la palidez de su cara y la intensidad de unos ojos tristes que no se apartaban de los míos.

El pánico se apoderó de mí y avancé hasta la puerta (dejándola abierta) y corrí escaleras abajo en busca de ayuda. En mitad de la escalera me encontré a Jose que no daba crédito a lo que yo le estaba intentando contar (entre sollozos y temblores) cuando conseguí dejar de gritar.

Una vez conseguí serenarme, y después de racionalizar lo que me había sucedido (si eso era posible) nos dirigimos a la puerta que seguía abierta.

Entramos en casa, la puerta del baño estaba entreabierta y cuando me asomé, él seguía allí.

Estaba donde le había visto por primera vez, con la misma mirada profunda, pero en esta ocasión no grité, se apoderó de mi una enorme tristeza que me oprimía el pecho.

Miré a Jose para que él me dijera que no estaba loca y que él también lo veía, pero no, él solo me veía a mí, nada más. Me cogió de la mano y supe que aunque no lo viera, sabía lo que estaba pasando.

Subimos a la planta de arriba y el niño nos siguió, no se le oía respirar y tampoco caminar, pero sabía que nos seguía y que nos acompañaría a donde fuéramos.

Pip, pip, pip.... Me giro y apago el despertador, son las 6.30, todo había sido un sueño.

Me levanto de la cama con la sensación en el cuerpo de que este había sido el sueño más vivido que jamás había tenido. Me marcho a trabajar.

El día había transcurrido como cualquier otro, y llegaba el momento de volver a casa. En el trayecto de vuelta comentamos lo que nos había sucedido a lo largo del día, los problemas en el trabajo y algún que otro chismorreo.

Llegamos al garaje y yo le digo a Jose que me subo a casa porque necesito ir al baño, mientras, él va aparcando el coche.

Subí corriendo las escaleras y abrí la puerta de casa. Solté las cosas en el suelo de cualquier manera y me dirigí al cuarto de baño que teníamos en la planta baja de la casa.

Fui a abrir la puerta del baño y de pronto me acordé, estaba reviviendo paso a paso lo que había soñado. Me dirigí al baño del piso de arriba teniendo la sensación de que si abría la puerta del baño del piso de abajo allí me lo encontraría.

Cuando Jose entró en casa me encontró en la puerta:

Justo esto es lo que he soñado esta noche” le dije, “y no me atrevo a abrir la puerta del baño”.

Abrió la puerta, yo no podía asomarme, tenía los pies pegados al suelo del miedo.

“Aquí no hay nadie” me dijo.

“Enciende la luz Jose”

Y entonces me asomé. El baño estaba vacío.

Estaba nerviosa, todo había sido un sueño y yo lo estaba llevando a extremos casi paranoicos.

“¿Ves?, no hay nadie” y me abrazó.

Entonces, reflejado en la puerta de cristal de la terraza le vi. Pálido como la luna y con sus ojos de profunda tristeza fijos en los míos.